[vc_row][vc_column width=»1/6″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_empty_space][ultimate_heading main_heading=»Hidrógeno: un papel fundamental en enfermedades como el Alzheimer» main_heading_color=»#6667aa» main_heading_font_family=»font_family:Quicksand|font_call:Quicksand» main_heading_font_size=»desktop:70px;» margin_design_tab_text=»»][/ultimate_heading][vc_single_image image=»1039″ img_size=»full»][vc_empty_space][/vc_column][vc_column width=»1/6″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/6″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_empty_space][ultimate_heading main_heading=»HIDRÓGENO: ANTIINFLAMATORIO EN ENFERMEDADES CEREBRALES.» main_heading_color=»#6667aa» sub_heading_color=»#544343″ alignment=»left» main_heading_font_family=»font_family:Quicksand|font_call:Quicksand» main_heading_font_size=»desktop:25px;» sub_heading_font_family=»font_family:Quicksand|font_call:Quicksand» sub_heading_font_size=»desktop:20px;» margin_design_tab_text=»»]
El alzhéimer es una de las demencias más comunes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirman que entre un 60 y 70% de todas las demencias son tipo Alzheimer (una condición que causa problemas de memoria). Los síntomas se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo con una mayor profundidad y deterioro en las mujeres.
Se estima que cerca de 47,5 millones de personas en el mundo viven actualmente con algún tipo de demencia, cifra que suele duplicarse cada 20 años aproximadamente según algunos organismos internacionales. Si esto es así, para el 2050 se podría esperar un número cercano a los 145 millones de personas afectadas por esta enfermedad en todo el mundo.
Aunque el Alzheimer no tiene cura, si es posible prevenir la aparición de sus síntomas, es así, que se ha identificado que cuatro de cada diez casos que se diagnostican de esta enfermedad se pueden prevenir.
Actualmente, gracias a la investigación del Dr Xin Tan, del Departamento de Neurología, del primer hospital afiliado de la Universidad de Soochow, Suzhou (China), se realiza una revisión con un nuevo tipo de gas terapéutico médico.
Como ya es sabido, el hidrógeno ha atraído mucha atención en los últimos años gracias a sus beneficios y ventajas en el tratamiento de múltiples enfermedades. En este caso su uso como gas reductor reconocido. El hidrógeno ha mostrado un gran efecto antiinflamatorio y anti-estrés oxidativo (antioxidante) en muchos modelos de enfermedades cerebrales, puede mejorar el daño neuronal, mantener la cantidad de neuronas, prolongar la vida útil de las neuronas y en última instancia, inhibir la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Varios investigadores revisados han descrito propiedades que respaldan esta información, al identificar que una de las principales causas de la aparición de los síntomas, es la formación de una serie de proteínas que entorpecen la comunicación neuronal, esta proteína es denominada la “beta-amiloide (Aβ)”. En 2010, el Dr Li y sus colaboradores, encontraron que la solución salina rica en hidrógeno podría reducir los problemas de aprendizaje y memoria y la inflamación neuronal inducida por Aβ.
Otro de los factores importantes a tener en cuenta con estas enfermedades, es la pérdida de neuronas en áreas específicas del cerebro, especialmente en el hipocampo, el Dr Nagata, pudo establecer que el agua rica en hidrógeno restaura la disminución en el número de células en estas áreas del cerebro, lo que podría explicar indirectamente la mejoría en la funcionalidad de los pacientes (capacidad de realizar sus actividades cotidianas). Este fenómeno del restablecimiento de las neuronas fue estudiado también por el Dr Yeunhwa Gu, quien indica que el uso de agua rica en hidrógeno por 18 semanas alivió la reducción de las neuronas en el hipocampo en modelos experimentales.
En conclusión podemos decir que el hidrógeno es un gas médico común, no tóxico y seguro, y sus efectos beneficiosos sobre enfermedades como el Alzheimer (EA) se han confirmado en muchos estudios, principalmente a través de su acción antiinflamatoria y antioxidante como la de regulación hormonal.
De igual manera, cabe resaltar que se han iniciado estudios clínicos a pequeña escala sobre el papel del hidrógeno en la EA, ya que este elemento es considerado un nuevo tipo de gas médico con grandes perspectivas de desarrollo en el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa. Finalmente es importante destacar que nuestra condición de salud no depende de un solo y único factor, sino que es la resultante o suma de pequeñas acciones positivas en tu día a día, entre los cuales son absolutamente fundamentales, tu alimentación, actividad física e intelectual y control de estrés.
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