[vc_row][vc_column width=»1/6″][/vc_column][vc_column width=»2/3″][vc_empty_space][ultimate_heading main_heading=»HACIENDO DEL DOLOR ALGO NATURAL» main_heading_color=»#6667aa» main_heading_font_family=»font_family:Quicksand|font_call:Quicksand» main_heading_font_size=»desktop:50px;»][/ultimate_heading][vc_empty_space][ultimate_heading main_heading_color=»#6667aa» sub_heading_color=»#544343″ main_heading_font_family=»font_family:Quicksand|font_call:Quicksand» main_heading_font_size=»desktop:50px;» sub_heading_font_family=»font_family:Quicksand|font_call:Quicksand» sub_heading_font_size=»desktop:20px;»]

El dolor y la inflamación son aspectos de nuestra vida que se han vuelto tan comunes que hacen parte de ella, si miras a tu alrededor siempre hay alguien con alguna aflicción, alguien que le duele la rodilla, la espalda, quien no puede comer ciertas cosas porque su colon se “inflama” o una persona cercana con dolor de cabeza; el problema no es tener estos síntomas, el problema es que los volvemos normales y terminamos aceptándolos en nuestro día a día pese a ser  molestias que deben ser momentáneas.

Olvidamos que nuestro cuerpo tiene miles de mecanismos para hacer que estos dolores diarios desaparezcan, y a veces creemos que la solución está muy lejos, pero solo hace falta recurrir a lo que la naturaleza ha puesto a nuestro servicio.

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Inicialmente al hidrógeno se le consideraba un gas que era inerte y no servía para tratar enfermedades, desde el año de 1975, han aparecido estudios que nos dicen lo contrario y demuestran que es un elemento capaz de cambiar el curso doloroso de las enfermedades.

En un intento inicial por utilizar el hidrógeno como tratamiento de enfermedades, esté demostró ser eficaz en procedimientos de cáncer de piel, esto generó tanto revuelo, que en el año 2007 empezó una revolución mayor, al descubrir la mejoría en la calidad de vida y funcionalidad en los pacientes con eventos cerebrovasculares, o lo que llamamos comúnmente como trombosis. A partir de este momento cientos de investigaciones se han desarrollado y cada vez se encuentran más beneficios con el uso del hidrógeno.

Es importante resaltar que solo podemos obtener hidrógeno para que nos ayude en el control del dolor y la inflamación por nuestras bacterias intestinales y para ello debes tener una adecuada salud digestiva o por medio de suplencia de hidrógeno molecular.

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En estos estudios se ha determinado que el hidrógeno tiene diferentes formas de controlar de manera natural la inflamación, estimulando la formación de sustancias antiinflamatorias naturales que mejorarán estos dolores, además facilita mecanismos de reparación celular que se traduce en una mejor cicatrización y mayor vitalidad de nuestras células al estimular procesos antioxidantes de regeneración de nuestra piel y efecto antienvejecimiento.

Otros estudios han demostrado que, en enfermedades comunes como diabetes, artritis y en diferentes tipos de cáncer como en el de estómago, de mama o de pulmón, el hidrógeno tiene un efecto beneficioso y positivo.

* Estas múltiples investigaciones las compartiremos con ustedes de manera periódica en este mismo canal.

Ten en cuenta que esta información no quiere decir que el hidrógeno sea una cura milagrosa para cualquier síntoma o dolencia, es importante conocer y reconocer hábitos saludables que funcionen como complemento en tu día a día, cómo hacer ejercicio y tener una alimentación adecuada.

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